AUTORES: Sara Escobar Martínez
Alberto Garrido Tébar
FIEBRE AMARILLA
ABSTRACT
En
este trabajo se hablará de la fiebre amarilla: como apareció, sus
síntomas,
como prevenirla y una valoración personal de porque hoy sigue existiendo.
Para ello hemos buscado información en internet y en una enciclopedia, esta última nos ha parecido más válida y nos hemos quedado con ella.
INTRODUCCIÓN
La
fiebre amarilla es una enfermedad vírica e infecciosa, no contagiosa se
caracteriza por una fiebre alta y coloración amarilla. Al
principio se creyó que era una enfermedad única del ser humano, pero las
investigaciones demostraron que afectaba también a monos y otros animales. Se cree que
los monos infectados en África y América tropical son la fuente principal de
infección y que los mosquitos transmiten esa infección al hombre. Esta
enfermedad sólo aparece ocasionalmente
en el hombre, se conoce como fiebre amarilla de la selva. Si la persona
infectada se desplaza a una zona habitada, puede ser picado por especies domesticas
de mosquitos, como el Aedes aegypti. Estos se alimentan de la sangre humana y
son los principales transmisores de las
epidemias de fiebre amarilla.
HISTORIA
Se
cree que la enfermedad apareció en África y desde allí fue llevada a América
por los esclavos. La enfermedad fue descrita por primera vez en el siglo XVII,
cuando se produjo un brote en Yucatán. Después se extendió a Estados Unidos y a
otros países.
En
1881 el médico cubano Juan Carlos Finlay avanzó en la hipótesis de que la
fiebre amarilla se transmitía por la picadura de los mosquitos. Esta teoría fue
verificada en 1900 por los trabajos de varios investigadores, en especial, los
del bacteriólogo estadounidense Walter Reed, quien también demostró que el
agente era un virus. La enfermedad se controló gracias a los avanzados métodos
de higiene, como el drenaje de los campos donde se desarrollaban los mosquitos
y la cuarentena de los barcos que llegaban procedentes de áreas infectadas.
SÍNTOMAS
El
periodo de incubación de la fiebre amarilla es de seis días. En los casos más
graves el inicio es instantáneo , con síntomas típicos como dolores de cabeza y
espalda, y fiebre. La primera fase se caracteriza por náuseas, vómitos y la
presencia de albúmina en la orina. Después de la fiebre inicial, la temperatura
se normaliza, pero entre el cuarto y quinto día vuelve a subir. Esta segunda fase
está marcada por la coloración amarilla, hemorragias en las membranas mucosas,
vómitos de sangre y degeneración grasa del hígado, riñones y corazón. La
destrucción de las células hepáticas produce acumulación de pigmentos biliares
en la piel. La muerte
suele ocurrir entre el cuarto y octavo día desde el inicio. En los casos de
recuperación espontánea, la convalecencia es corta, aunque la coloración
amarilla puede durar durante algún tiempo. La enfermedad nunca es reaparece, ya
que el primer episodio deja inmunidad permanente.
PREVENCIÓN
No
existe tratamiento conocido para la fiebre amarilla. En 1937, el médico
sudafricano Max Theiler desarrolló una vacuna que confiere inmunidad ante la
enfermedad. En la actualidad, sigue siendo necesaria la vacunación para todas
las personas que viajan a zonas endémicas en esta enfermedad y otras partes del
mundo.
VALORACIÓN
PERSONAL
Según
nuestra opinión hoy en día la fiebre amarilla sigue existiendo ya que afecta de
manera indirecta a los países ricos, esta podría ser erradicara si invirtiera
más dinero en su investigación.
BIBLIOGRAFÍA
Microsoft
Encarta Premium 2009(software) (consulta 29 de septiembre de 2012)